domingo, 25 de septiembre de 2011

ONU sugiere cambiar estructura de la tenencia de la tierra en Colombia

Segundo informe de Desarrollo Humano propone impuestos altos y multas a la propiedad improductiva. Tras dos años de intenso trabajo para diagnosticar a la Colombia rural, escenario natural de dos de los cinco motores de la Colombia próspera que se sueña el presidente Juan Manuel Santos: el agro y la minería, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) concluyó que este país no solo tiene más población campesina de la que se cree, el 32 por ciento (se calculaba en el 25), sino que no podrá modernizarse como quiere a espaldas de estos colombianos que no apuestan por su futuro y su felicidad en los centros urbanos. Están en el 75, 5 por ciento de los municipios. Y si estos números -construidos sobre criterios de densidad poblacional y distancia de los centros urbanos- parecen apenas un cambio de cifras, lo que dice la ONU en el segundo gran informe sobre Colombia en ocho años -el otro fue en el 2003 sobre el conflicto armado: Callejón con salida- frente a la manera de superar la brecha entre el mundo rural y el urbano, promete sacudir al país. Afirma que no basta una reforma agraria, y será necesario cambiar la estructura de la tenencia de la tierra, históricamente concentrada. Esto, desde la propuesta del organismo, implica no solo hacer un censo agrario -no se hace desde hace 40 años- y actualizar el catastro, sino gravar con impuestos altos a los dueños de mucha tierra y multar la improductiva, para desestimular la concentración. Propone que sea la Dian, y no las autoridades municipales, "manipuladas por élites locales", la que se encargue del predial. La idea sería invertir el dinero en bienestar para la población rural con más precarias condiciones de vida, y dentro de la cual la ONU ubica al campesino (que vive de la agricultura básica o de una actividad relacionada), a las mujeres, a los afro y a los indígenas. Mientras en el 2009 la pobreza en las 13 áreas metropolitanas del país estaba en 45, 5 por ciento, en la zona rural era de 64, 3 por ciento. La concentración de la tierra está directamente asociada a la desigualdad. Y en Colombia, de 32 departamentos con información sobre concentración, 18 tienen un Gini de 0,80 (más cercano a 1 es más tierra en pocas manos y más cercano a 0 es menos concentración). Pero si bien la tierra en pocas manos, con los índices más altos en Antioquia, Valle, Caldas, Quindío, Arauca y Meta es un gran problema en el país rural, está acompañado por otro igualmente importante: la distorsión en el uso. Según los criterios de la ONU, a los ganaderos les correspondería devolver casi 20 millones de hectáreas. Están usando en pastos 39 millones, cuando el potencial de Colombia para la ganadería extensiva es de 21 millones. Con la agricultura pasa al revés: el país tiene 21 millones de hectáreas aptas para el cultivo, pero solo está usando 4,9 millones. Cada vez importamos más alimentos. La sentencia de la ONU es enfática: todo esto ha ocurrido porque en Colombia ha habido "más territorio que Estado". Y la falta de regulación ha creado las condiciones para el conflicto rural con sus dos componentes: el agrario y el armado. Los protagonistas del primero son los campesinos con su lucha por la tierra -entre ellos mismos, con terratenientes e inversionistas-, por el bienestar y la inclusión política. Y los protagonistas del segundo han sido las guerrillas, los paramilitares y los narcotraficantes, que quieren control de territorios, corredores y población. Para superar el conflicto rural, la ONU pone sobre la mesa otro punto polémico: "más Estado en el mercado y menos mercado en el Estado". Este debe intervenir más, porque el mercado no ha promovido el desarrollo rural, según el organismo. En grandes líneas, este será el mensaje que le entregará al presidente Santos el miércoles, cuando le presente su informe que, en un hecho en apariencia paradójico, ha llamado: Colombia rural, razones para la esperanza. La ONU cree que las hay, porque después de 25 años de gobiernos que le han dado la espalda al país rural, Santos lo ha reivindicado con el reconocimiento de las víctimas, la restitución de tierras y la apuesta por el campo como uno de los ejes de desarrollo. Pero además, porque el mundo está "ávido" de alimentos, materias primas y recursos ambientales que podrán ser producidos por los campesinos, que como dice el director del informe, Absalón Machado, nunca se han armado para pedir tierra y en cambio esperan las oportunidades para impulsar los motores del desarrollo que tienen como escenario el mundo rural. Cultivar cuatro veces más Desaprovechamiento del suelo y más minería que agricultura 21,5 millones de hectáreas son aptas para el uso agrícola, pero solo se cultiva el 22,7 por ciento de la potencialidad del campo, es decir 4,9 millones de hectáreas. 2,9 millones de personas están viviendo en zonas de reserva (44,7 por ciento del área total). Los pueblos indígenas ocupan el 25,2 por ciento del territorio, los parques el 11 y los afros, el 5. 5,8 millones de hectáreas están dedicadas a la minería (más que las destinadas a los usos agrícolas). Entre 2000 y 2010 se otorgaron 7.264 títulos y se tramitaron 17.479 solicitudes. Los políticos son los mismos de siempre en las regiones En el Informe este fenómeno se denomina: 'persistencia política'. 21,7 por ciento de los municipios no ha cambiado a los partidos políticos o a las élites que los gobiernan en las últimas cuatro elecciones. 43,5 por ciento de los municipios los ha rotado levemente (una vez en los últimos cuatro años). Según el Informe, las localidades donde esta tendencia se mantiene, hay evidencia de mayores niveles de miseria y un cubrimiento más bajo de servicios públicos. 'El Estado podría expropiar alegando mal uso' Absalón Machado, director del Informe de Desarrollo Humano. ¿Qué le pasa al país si sigue tratando de modernizarse sin tener en cuenta el campo? Los desequilibrios entre lo urbano y lo rural seguirán acentuándose. Estamos hablando de una diferencia en calidad de vida de, mínimo, un 30 por ciento. Además, los conflictos sociales que están en el campo se van a mantener ahí. Y, finalmente, existe una gran desigualdad entre campesinos y empresarios en el acceso a los recursos. Si estas tendencias continúan, ¿de qué desarrollo estamos hablando? ¿Cuáles son los mayores conflictos hoy en el país rural? Hay muchos, pero el conflicto que va a tomar más fuerza es con la minería, que compite con los suelos de la agricultura y con el medio ambiente. También hay un conflicto sociopolítico. Es una deuda que el país no ha querido saldar. Ustedes dicen que Fedegán podría devolver 10 millones de hectáreas para la agricultura, ¿de dónde sale esa cifra? Fedegán propuso reconvertir esos 10 millones de hectáreas para tres usos: una ganadería más intensiva (más cabezas por hectárea), reforestación comercial o producción de alimentos, palma africana, biocombustibles, etc. De hecho, con 15 millones de hectáreas bien manejadas en ganadería, con 1 y media o 2 cabezas de ganado por hectárea, el país puede duplicar el hato ganadero que tiene. ¿Cómo se traduce en hechos la 'reforma transformadora rural' que ustedes proponen? Primero, en garantizar la seguridad. Segundo, en hacer desarrollo institucional, eso no es solo reestructurar al Incoder o el Ministerio de Agricultura, sino crear instituciones nuevas y reglas de juego. Tercero, armar una política integral de tierras. La restitución y la formalización son una parte muy importante, pero hay que ir más allá, hacia una política que toque la estructura agraria, que modifique la alta desigualdad en la propiedad de la tierra. Esto incluye políticas de agua y del medio ambiente. Y, por último, hay que eliminar la especulación con la tierra, dejar de tener predios simplemente para valorizarlos, sin cultivarlos. Élites rurales poderosas han combatido el impuesto a la tierra, con su influencia sobre las autoridades municipales... En el caso de la propiedad privada improductiva, el Estado podría incluso expropiar alegando su mal uso, pero pagando una indemnización. La pregunta es si Colombia está dispuesta a hacerlo. Fuente: http://www.eltiempo.com/economia/negocios/onu-sugiere-cambiar-estructura-de-la-tenencia-de-la-tierra-en-colombia_10429290-4